Filosofía Barata

Ayer tuve un momento de filosofía.

Después de una noche algo nefasta por amigos que se negaban a quedarse en una fiesta donde no conocían a nadie bajo el pretexto de que era aburrida (aunque yo me la estaba pasando muy bien); movernos a un bar donde la cerveza era groseramente cara -a pesar de que ya habíamos comprado cartón-, matar la fiesta como novatos a las 2 y llevar borrachos a su casa; me dije a mí mismo que era momento de tener un momento para pensar en la vida.

En las famosas curvas de Bugambilias se puede ver la ciudad, me parkeé, oriné y dejé que las luces urbanas elevaran mis pensamientos. Iba a poner reggae, pero me dio hueva forjar.

Los carros pasaban, es chistoso cómo te puedes dar cuenta quién viene pedo y quién no, quién maneja como vieja y quién no, quién es narco y quién no. Me sorprendió que a esa hora nadie se detiene a ver si estoy bien, a preguntarme por qué me orillé, a diferencia como a veces pasa en el día. Confieso que empecé a fantasear un rato con un auto lleno de bellas ebrias deteniéndose a mi lado e invitándome a una orgía.

Sirenas, arrancones, bombazos y granadazos se oyen cada minuto. Ahora ya es tan natural. En cuántos lugares de toda esa ciudad no estarán matando a alguien, descuartizando a otro, cortando la lengua de un soplón, bajando a tantos, navajeando, cobrando vendetas, enfrentamientos, asesinando a los hijos del contrario, violando a la amagada esposa del traidor. Y yo, tan tranquilo viendo todo y nada a la vez, soy testigo de todos esos crímenes, estoy en su presencia y no veo nada.

La gente que se quedó en aquél bar... ¿seguirá ahí? Sartre me pudrió la mente quizás, pero, ¿cómo sé que existen si no los veo? El país en plena guerra contra el crimen y yo ahí, recargado en mi troca, tan tranquilo y sereno. Nada pasa, nada siento, nada me toca.

El filtro del cigarro consumido llevaba ya varios minutos entre mis dedos. Estaba tan entrado que no me di color, sin darme cuenta ya tenía otro encendido; era la segunda vez que me pasaba eso en la noche.

Cuando me subí a la troca eran 3:30am llevaba más de una hora ahí parado, la sentí como agua. Dos cigarros duraron hora y media. Llegué a mi casa, me desnudé y dormí.