200 años, 6 días

En el 2009 empezó el boom del bicentenario, no sólo por parte del gobierno federal, sino también fue una de las mejores estrategias de mercadeo que he visto en mi vida... La pregunta obligada es ¿y luego?

Me gusta imaginar el vacío que se produce a falta de toda propaganda del Bicentenario, el famoso logo de '2010' que se promocionó e incluso está en el jetta edición especial.

Con la guerra del narco, las ejecuciones, la crisis, los monopolios, las catástrofes, la corrupción... ¿qué se festeja? Se festeja la cultura de un país que es fiestero, un país que a pesar de todo se da unos días para morir en alcohol.

Soy partidiario de que se sigan realizando celebraciones. Si sucumbimos a las ideas de quienes proclamaban que debían cancelarse los festejos por la violencia, por la crisis, porque no hemos cambiado nada, porque estamos peor, porque la política es un asco: ahí sí perdemos el respeto que nos teníamos como ciudadanos libres.

Además, si no se hubiesen dado festejos también hubieran surgido quejas, a la gente le encanta quejarse, es algo interno del humano... siempre encontrar un lado por donde dar la contraria.

La guerra con el narco ha cobrado ya miles de vidas, incluyendo civiles, se ha llegado al extremo del terrorismo. La semana pasada, en el puente de Solectrón (GDL), se encontró un cuerpo colgado con un letrero 'Guadalajara sí va a dar el grito'.

El principal problema de México es el partidismo tan marcado que se vive en nuestros días, lo que ocasiona una política de intereses que trae como resultado una educación deficiente intencional. Una educación ineficiente y pocas oportunidades resultan en que la gente opte por el crimen organizado, el cual el gobierno no puede combatir con plenitud por la falta de apoyo de las autoridades por ser de partidos de ideas encontradas, por los mentados plurinominales, otra vez, el partidismo.

Somos independientes desde hace 200 años y 6 días, contrario al vulgar slogan '¿hemos cambiado?' yo digo, sí hemos cambiado, pero se puede cambiar más.