No soy una persona a la que podrían decirle 'borracha' o 'drogadicta', sin embargo, he llegado a niveles donde si me cayera una chispa, podría explotar por el nivel de alcohol en mi sangre, o atraer radares de retenes.
Sin embargo, perder la sobriedad y escapar del mundo real son parte de mis actividades favoritas, sé que es un mal hábito, pero pues así lo es.
Me puse a pensar esto porque unos amigos y yo queríamos organizar un viaje a Sayulita, una playa cerca de Vallarta, en Nayarit; y mientras comentábamos,salieron las historias de otras veces que fuimos, y todos se reían y así, mientras que yo comencé a preocuparme porque no recordaba muchas de esas cosas, ya que en la playa yo pierdo los límites que me impone mi vida cotidiana Guadalajara, por lo que me encuentro en un estado constante 'pachipedez'.

Sayulita al atardecer.
Triste, o felizmente, no podré ir al siguiente viaje programado para la próxima semana, porque estaré atado a mi carrera por todo el semestre como les comentaba en la entrada anterior, debido a la mierda de horarios que me impusieron, y como estoy tomando sobrio y en ciudad esta decisión, siempre optaré por portarme bien.
He llegado a pensar que si tuviera un poco más de tiempo libre, y el doble de dinero, estaría en la cárcel muy seguido, mi hígado sería una pasa, mi cerebro un chicle y probablemente sería famoso, o no sé si los famosos se drogan después de su estrellato.
En fin, pienso que Dios pone las cosas en su lugar por algo, se despide el próximo presidente de la SCJN.
2 comentarios:
Tienes toda la razón. No tepodemos llamar ni borracho ni drogo. Pero que tal "persona que no sabe tener el control de su cuerpo"?
De la sobriedad tampoco llega el éxito.
Yo digo que las "experiencias" dotan a cada quién con su ración de talentos. Y obvio que nunca te vas a aprovechar de las experiencias si te encuentras desquitandote en la pachipeda o desvelándote detrás de un libro.
Balance, man.
Hasta eso sí tengo control, pero cuando me quiero morir, me muero, cuando no, me controlo; lo malo es que me gusta morir.
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